Hoy el mundo ha cambiado para siempre porque esta pandemia nos ha dejado aprendizajes y nos ha cambiado por un momento, pues vivimos días en los que cada uno debe encargarse de lo que probablemente no hacíamos. Hoy todos cocinamos sin ser cocineros, enseñamos a nuestros hijos sin ser profesores, manejamos mejor internet sin ser informáticos.
Mi invitación es primero, a que seas consciente que no puedes, ni siquiera pretendas, asumir todo y cumplir con todo. Segundo, a que encuentres tus prioridades y ten claro que es lo más importante en esta situación y tercero, a que reconozcas tus habilidades y recursos con los que cuentas para afrontar esta circunstancia de encierro durante la pandemia.
Enfocándonos en el tema de niños, asumamos que no tenemos que ser profesores, pedagogos ni psicólogos expertos para enseñar a nuestros hijos. Somos sus padres o madres y eso lo es TODO para ellos siempre que logremos CONECTAR.
Apenas se empezaba a hablar de quedarnos en casa y veía una pre-ocupación general sobre cómo “sobrevivir” en casa encerrados con los hijos. Desde antes de vivirlo le veíamos los puntos negativos, que por supuesto los hay, pero pocas personas lo veían como una oportunidad.
Estoy de acuerdo con Pre-pararnos para la situación, organizarnos con rutinas (libres de horarios y relojes rígidos) ordenar espacios y alistar actividades para trabajar con los niños. Esto es muy distinto de una actitud de angustia, desesperación que veíamos bajo la mirada de pre-ocupación de la que hablamos.
Después de unos días, empezaron los mensajes positivos, las canciones esperanzadoras, las imágenes de ecosistemas limpios, familias reunidas. Llegaron miles de ideas y consejos para sobrellevar la situación como ejercicios en casa, actividades en familia, clases virtuales, reuniones digitales, etc.
Mi invitación es básicamente a disfrutar y hacer lo que podamos con nuestros hijos.